Segundo Festival de las Almas compartió con la comunidad parte de la cosmovisión andina

La tradicional festividad fue celebrada por la Oficina de Desarrollo Indígena a través de una exposición y actividades artísticas.

Con el fin de poner en valor y compartir con la comunidad parte de la cosmovisión andina, la Oficina de Desarrollo Indígena de la Municipalidad de Arica organizó la segunda versión del Festival de las Almas, instancia que está enmarcada en las celebraciones del 1 de noviembre.

La jornada permitió a emprendedoras y usuarias de la Oficina poder ofrecer y difundir sus productos con identidad regional, al tiempo que compartían con el resto de la comunidad sus creencias y rituales.

Para el alcalde de Arica, Gerardo Espíndola Rojas, “esta es una lucha que hace nuestra Oficina Indígena por no perder la tradición de los pueblos, en un proceso que fue bastante duro en este territorio que fue el proceso de la chilenización. Se pierden muchas de las tradiciones de nuestros pueblos originarios, especialmente de la cosmovisión andina que se mantuvo hasta el día de hoy en familias con celebraciones íntimas para nuestros ancestros a través de estas hermosas mesas”.

Según la cosmovisión andina, cada 1 de noviembre comienza a ser preparada una mesa con todo lo que solía gustarle al difunto. Así, esa esencia de la vida que viene de visita espiritualmente puede servirse y trastocarse en un ser viviente al disfrutar de sus platos y bebidas preferidas.

Dicha mesa cuenta con elementos esenciales que nunca deben faltar como las figuras de pan amasadas con formas zoomorfas como palomas, llamas, ovejas, caballos. A estas se suman las llamadas t’antawawas, los bebés de pan.

Esta acción es considerada una ofrenda y consideran una figura idéntica, debido a que en el mundo andino todo es dual, todo cuerpo animado tiene su forma.

Miriam López Canaviri encargada de la Oficina de Desarrollo Indígena, comentó que “nosotros siempre queremos difundir nuestra cultura y tradiciones, a través de estas actividades. Es una celebración la del 1 de noviembre, donde quienes viven la cosmovisión andina esperan con muchas ansias a sus difuntos. Qué mejor manera de mostrarle a nuestra comunidad ariqueña que esperamos a quienes nos dejaron con esta mesa”.