Estudiantes de la escuela Manuel Rodríguez fueron científicos investigando plantas nativas

CIHDE y Explora se unieron para entregarles una experiencia que alimentara su curiosidad.

El programa PAR Explora Arica y Parinacota, el cual es un proyecto Conicyt, y el Centro de Investigaciones del Hombre en el Desierto, CIHDE (UTA-Conicyt) realizaron de forma colaborativa una actividad que acercó la ciencia y los conocimientos ancestrales de los pueblos originarios a estudiantes de sexto básico de la Escuela Manuel Rodríguez.

El taller sobe uso de plantas nativas con fines medicinales se realizó en tres sesiones: la primera constó de una charla con la facilitadora pedagógica y patrimonial, Patricia Arévalo, quien sensibilizó a los estudiantes sobre el uso de plantas medicinales a través del rescate de tradiciones de abuelos y pueblos originarios. La segunda sesión se centró en la conservación y preservación del medio ambiente, donde se plantaron árboles en su escuela. Y en la tercera, los estudiantes visitaron los laboratorios del CIHDE, en donde se realiza ciencia básica y aplicada en torno a plantas medicinales.

Claudio Fuentes, encargado de valoración científica de Explora, comentó que el taller busca acerca la ciencia y la tecnología a diferentes públicos, en este caso estudiantes de segundo ciclo básico, “queremos que los chicos desarrollen su curiosidad, su capacidad crítica, hagan preguntas y vean su entorno de manera distinta, pero también buscamos apoyar al docente en el aula”.

Durante su visita en el Laboratorio de Investigación e Innovación Biomédica los estudiantes conocieron de forma lúdica lo que es una célula, un tumor, observaron a través de microscopios y conocieron los experimentos que hacen los jóvenes científicos del CIHDE, como por ejemplo las técnicas para comprobar la actividad citotóxica de plantas nativas de la región, es decir, su capacidad para destruir células cancerígenas.

Al respecto su encargada, Susana Alfaro, magister en ciencia biológicas, comentó que el conocimiento es “de todos, poder compartirlo, divulgarlo y motivar a los chicos a que sigan a delante es parte del trabajo que deben hacer los científicos hoy en día”.

En el laboratorio de Química Médica y Productos Naturales conocieron los procesos para obtener extractos de plantas con los cuales se hacen análisis químicos para generar nuevos usos. Entre los nuevos usos están los alimenticios como la cerveza de siputola, en donde los estudiantes molieron granos para la preparación. También está los productos cosméticos, donde los alumnos vieron en vivo y en directo como se puede elaborar un gel de manos en base a plantas nativas.

El líder de este laboratorio, Claudio Parra, doctor en química orgánica comentó que para el equipo CIHDE es un privilegio abrir sus laboratorios, “por lo general los colegios vulnerables no tienen acceso a laboratorios científicos o no tienen experiencias donde pueden ver que la ciencia no es algo aburrido, sino que es útil y se puede utilizar día a día”.

En la ocasión los estudiantes también recibieron una charla del ingeniero agrónomo Luke Crossley, quien lidera iniciativas de esta área en el CIHDE y está implementando un huerto urbano con especies que se distribuyen en la región. Durante su exposición conversó con los estudiantes sobre los procesos de fotosíntesis, la importancia de las plantas y los cultivos con los que trabaja el centro.

La actividad motivó bastante a los estudiantes, quienes ven con otros ojos la ciencia. Luis Ajata comentó que le gustó todo, “me encantaron sus historias, también quiero ser científico para ayudar al mundo”. Akira Riquelme agregó que le gustó la parte del laboratorio de bilogía, “me gustaría ver las células igual que la tía, es bacán”. Oscar Hinojosa manifestó que le gustó mucho como se hacía la cerveza y las cremas en base a plantas, “la profesora nos dijo que ella desde chica quería ser investigadora y a mí también me gustaría ser desde ahora un investigador en discovery y ser grabado”.

La profesora jefe y de ciencias de los estudiantes, Mariela Fornés, destacó la experiencia de salir de la sala de clases y la motivación que lograron sembrar en los alumnos, entre los cuales dos son parte del programa de integración.